viernes, 9 de enero de 2015

Miedo

Tengo miedo. Tanto, que esta mañana justo antes de que el tren entrara en Atocha e hiciera su parada habitual, se me encogió el estómago y empezó a revolverse dentro de mí intentando salir. Ayer en el camino de regreso, tenía unas ganas de llorar terribles. No lo hice por vergüenza. Otros reían a carcajadas. Quizás sólo necesitaba a alguien con el que compartir angustias y crear un poco de humor negro.

Tengo tanto miedo que me niego a escribir más sobre la causa. De hecho, tenía casi terminado el post de hoy, compartiendo mis temores, mis sentimientos, como en el post que escribí hace ya casi un año sobre el aniversario del 11M. Escribiéndolo me he desahogado, pero no voy a publicarlo. Probablemente esta tarde, al entrar en la estación, se me ponga de nuevo un nudo en la garganta. Quizás la sensación dure en los próximos días, pero me niego a vivir siempre así. En el post que escribió Babilonia sobre sus propósitos de año nuevo, comenté que no iba a hacer lista de propósitos. Ahora debo cambiar de opinión. Mi propósito será ser valiente y vivir sin miedo, dentro de mis posibilidades, claro está, porque hay cosas que acojonan por mucho que una se lo proponga (y perdón por el taco).

Llevo dos días coincidiendo con Diego. Los dos días mal, mal. Ayer mis hormonas me hundieron en un pozo sin fondo. No estaba yo para Diegos. Estos altibajos son una injusticia. Bajón hormonal y ya tu cabeza sirve únicamente para desconectarse. Sientes que eres una mierda. Igual el otro te está viendo maravillosa, pero qué más da si tú sientes que no eres nada. Hoy la volví a fastidiar. Además de los restos de hormonas negativas pululando por mi interior, mi cabeza estaba llena de espanto. Si ya me basto yo sola para hacerlo mal, no quiero ayudas externas. No pueden conseguir que no vivamos.  

El miedo es libre, a veces muy difícil de controlar y otras imposible de eliminar. Así que voy a hacer como John Nash en Una mente maravillosa con sus visiones. Está ahí pero voy a ignorarlo.


¡Feliz año nuevo a todos!

2 comentarios:

  1. Pues eso del miedo hay que solucionarlo. Es el peor modo de vivir. No saboreas la vida. Y lo digo desde el conocimiento de mis miedos que son otros pero son.
    Tú misma asumes una gran verdad. Por fuera te ven estupenda pero por dentro te sientes mal. La felicidad o el simple estar bien no vienen determinados por algo objetivo. Son tus hormonas armándola dentro de ti. Cierta alimentación, ciertos suplementos alimenticios como el magnesio, pasear bastante y moverse sin usar ascensores y demás(esfuerzo físico moderado o directamente deporte que agota el cuerpo y no deja pensar mucho), las beneficiosas bacterias de los árboles, jugar a John Nash como tú misma sugieres... pequeñas formas naturales de activar oxitocina sin acudir a los fármacos. Y aún estos como solución final se pueden usar por tiempo muy limitado(pero mejor no). No hay nada que temer. Tal vez un poquito a uno mismo-a. Pero también eso se puede solucionar. Feliz año nuevo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus comentarios y tus sugerencias, S. Algunas las conocía (y las ponía en práctica, aunque se ve que no lo suficiente), otras me las apunto. Por el momento lo voy superando.

      Un abrazo.

      Eliminar